lunes, 28 de junio de 2010

La situación se agrava: "[...] no se preocupen, porque no es nada grabe."

   Tal vez la rata no sea un animal muy gregario, y tampoco deseamos que la errata lo sea. Resulta curioso que, al tratar de conjurar y admitir una errata, surja otra. Si la errata es de la misma subespecie y calibre que la que se trataba de conjurar, entonces ya es anécdota divertida y jocosa.

  No pensaba disponer tan pronto del texto completo de la sección de Marga Soler, Defensora del Lector en el periódico La Vanguardia. Pero, gracias a la ayuda inestimable de una atenta y más que amable lectora, podremos reproducir aquí el texto de la edición en línea, y disfrutar de la perla que su lectura depara.


LA DEFENSORA DEL LECTOR
La importancia de gravar con 'v' [sic, el entrecomillado]
Marga Soler
[La Vanguardia, Domingo, 27 de junio]

La portada es la página más mimada de todo el periódico, pero ni siquiera ella está inmune a los más garrafales errores de ortografía

Algunos lectores se han rebelado (sublevado) cuando han revelado (descubierto) una falta de ortografía en la portada. Consideran que ese resbalón viene a demostrar un acabado basto,sin [sic, i.e. sin espacio en blanco] refinar, impropio de este diario y que además pone en duda el vasto conocimiento lingüístico que cabe esperar en quienes tienen en la lengua una de sus principales herramientas de trabajo. Habrán adivinado ya que se trata de un error que tiene que ver con el uso de las letras be y uve,que [de nuevo sic; y otro sic por la ausencia de comillas para el nombre de las letras] no pocos quebraderos de cabeza dan a más de uno. El caso que nos ocupa se dio en palabras homófonas, que son aquellas que se pronuncian igual pero tienen distinta escritura y significado, como baca (del coche) y vaca (animal), botar (una pelota) y votar (dar el voto) o sabia (mujer inteligente) y savia (jugo de las plantas), por citar algunos ejemplos más. El error en cuestión apareció en la portada del viernes 21 de mayo en la que, bajo el principal titular "El Gobierno aprueba el recorte sin subir impuestos", se leía el subtítulo: "Elena Salgado: ´No hay una propuesta concreta´ para grabar las rentas más altas".
  
 Los suscriptores Ramon Tapias e Isabel Soler firman conjuntamente una carta en la que escriben: "Suponemos que el corrector ortográfico del ordenador dará esa frase por correcta, pero cualquier periodista debería ser capaz de apreciar la diferencia que existe entre grabar (esculpir en piedra u otro material, o registrar en un medio electrónico) y gravar (imponer cargas o gravámenes). Pero lo que más nos choca es que el error no fuese detectado antes de la puesta en circulación del ejemplar en cuestión. ¿Es que nadie revisa con atención la portada del periódico? ¿Cómo se explica que no se detectase este fallo?". De similar opinión es el suscriptor Antoni Rosselló Mestre: "Pienso que un periódico de la seriedad y calidad sobradamente contrastadas como es La Vanguardia debería adoptar los medios de control necesarios para evitar que se publicasen errores de bulto de este calibre que, sin desmerecer su impecable trayectoria, en nada contribuyen a su buena imagen".

   La portada es la página más revisada de todas, tanto por la propia dirección y subdirección del diario como por los editores de estilo, quienes la cuidan con especial esmero. ¿Qué ocurrió entonces? Manel Pérez, subdirector de Economía, responde: "Es un lamentable error". Por su parte, el responsable lingüístico, Magí Camps, añade: "Ante una falta de esta gravedad, no hay explicación ni excusa posible. Mis más sinceras disculpas". Para más inri ese mismo subtítulo se usó también en la noticia ofrecida en La Vanguardia digital titulada "Los salarios de los funcionarios bajarán entre 0,56% y el 7% este año", y a pesar de los comentarios de los internautas avisando del fallo, el horror ortográfico sigue sin estar corregido. Una enmienda que es imposible en el papel pero deseable en la web.

Es posible que los españoles prefieran ser grabados que gravados,y [otro sic] que el presidente Zapatero, dado el precario estado de las finanzas españolas y las enormes presiones de que ha sido objeto, tuviera la tentación no sólo de subir los impuestos (gravar)sino [y otro sic más] de dejar su decisión grabada en el registro de la historia. Pero en cualquier caso la calidad en el lenguaje garantiza la claridad en la información, porque el periodista que cuida las palabras será también cuidadoso con la noticia.

Posdata: No vacilo en agradecer los mensajes recibidos durante el tiempo en que un pertinaz bacilo me ha impedido acudir a esta cita semanal. Pero no se preocupen, porque no es nada grabe...

  Tanto jugar con las palabras homófonas a lo largo del artículo ("rebelado" y "revelado"; "basto" y "vasto"; "baca" y "vaca";  "botar" y "votar"; "sabia" y "savia" y, por último, "grabar" y "gravar"), acabó jugándole una mala pasada a Marga. Pues no contenta todavía con esos pares de palabras, remató su artículo con un broche final de oro, donde tras jugar de nuevo de modo pertinaz con el par "vacilo" y "bacilo", alcanzó el clímax con el impar sin par "grabe". Salud, entonces, Marga. ¡Con lo bien que le hubiera quedado como guiño un entrecomillado "grabe"!
  Tanto fue el cántaro a la fuente, que al final se rompió. Reciba esta errata un más que merecido elogio.

Post-data: prometo ofrecer la imagen de la edición impresa tan pronto como me sea posible. A juzgar por lo poco que se barrunta en la imagen adjunta, también ahí esta grabada la errata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La defensora no cometió ninguna errata. Simplemente hizo un juego final de palabras. Escribió el último "grave" en cursiva, es decir, entrecomillado. Se puede comprobar perfectamente en la hemeroteca del diario: http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/2010/06/27/pagina-29/82343848/pdf.html