domingo, 4 de julio de 2010

¡Ni una sola coma!

   No existen. Como se llaman "coma", ellos, obedientes, van y se las comen. Noticias como ésta debieran añadir, a la manera de un prospecto, una indicación como "Recomendamos al lector que tome aire antes de leerme". Porque es que perjudican seriamente la salud de uno.
   ¿O es que el autor ha pretendido transmitir la sensación de rapidez con que transcurre la noticia de que da cuenta? De puro telegráfica que es, el cronista sucumbe ante los encantos del punto y seguido. Y mira que había espacio más que suficiente para el elegante —y también "rara avis"— punto y coma. Pues ni uno solo, oiga, ni uno solo.
   Transcurridos ya cuatro largos años, uno se sigue preguntando todavía si envió la noticia a la redacción desde un teléfono móvil; pues en este caso la ausencia de coma estaría justificada por la vagancia en encontrarla.

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