lunes, 19 de julio de 2010

¿¡Acabar con los Putos Negros!?

  Entre las diversas subespecies de erratas, las más bonitas y más preciadas son aquellas que engendran una palabra nueva y un nuevo significado.
  Pero cuando el nuevo significado no es políticamente correcto, y el responsable del engendro es un organismo público, como la Dirección General de Tráfico (DGT), el alboroto y gozo por su descubrimiento se torna enfado —y con razón—, un enfado inmenso.
  Así sucede con la errata que hoy retratamos, cuyo conocimiento debemos y agradecemos a una amable e incansable lectora. Daba cuenta de ella, entre otros medios, el 1 de julio pasado, El Mundo Today - España Today, de donde hemos tomado el vivo retrato. 
   Y es que en casos  como éstos, donde ambas palabras —punto y puto— son gramaticalmente correctas, no hay corrector automático que valga la pena. Ningún corrector mejor que el ojo y la sensibilidad humanas. Merezca, pues, esta errata nuestro más vivo vituperio. Y punto. 

lunes, 5 de julio de 2010

Encontrada una errata en la web en español de twitter

   Encontrada, que no "encuentrada", y nunca mejor dicho. Lo curioso del caso es que la forma correcta ("encontrar") se encuentra un poco más abajo de la incorrecta ("encuentrar"). Lo malo, que la errata se encuentra en lugar privilegiado, y no por ahí escondida como acostumbra. De ahí que haya merecido nuestro elogio.
  La lengua —dicen— es un sistema; y siempre tiende a la regularidad. Pero sucede que unas regularidades chocan con otras en un mismo nivel o en niveles diferentes. Ese es su sino. Las irregularidades presentes son regularidades pretéritas; fueron en el pasado regulares. Si tengo "encuentro, encuentras, encuentra, encuentran...", ¿por qué no tener, entonces, "encuentrar"? Pero también tenemos "encontramos, encontráis, encontraba..". ¡Vaya un desencuentro!
   Me pregunto quién de las dos ganará la batalla del futuro: ¿"encontr*" o "encuentr*"?. Hagan sus apuestas.

domingo, 4 de julio de 2010

¡Ni una sola coma!

   No existen. Como se llaman "coma", ellos, obedientes, van y se las comen. Noticias como ésta debieran añadir, a la manera de un prospecto, una indicación como "Recomendamos al lector que tome aire antes de leerme". Porque es que perjudican seriamente la salud de uno.
   ¿O es que el autor ha pretendido transmitir la sensación de rapidez con que transcurre la noticia de que da cuenta? De puro telegráfica que es, el cronista sucumbe ante los encantos del punto y seguido. Y mira que había espacio más que suficiente para el elegante —y también "rara avis"— punto y coma. Pues ni uno solo, oiga, ni uno solo.
   Transcurridos ya cuatro largos años, uno se sigue preguntando todavía si envió la noticia a la redacción desde un teléfono móvil; pues en este caso la ausencia de coma estaría justificada por la vagancia en encontrarla.