Creo que ya va siendo hora de ir dando solución a alguna de las erratas que dejamos sin revelar, pues han pasado ya tres años, tiempo suficiente para que el lector las descubriera por sí mismo. No puedo ya aguantar más.
Vayamos con la primera. Decíamos allá por junio de 2007 que había una errata en la portada del libro de que la imagen daba fiel cuenta. La errata no es otra que ésta: donde dice "BONFANTES", el primer apellido del primero de los autores responsables de la publicación, debiera haber dicho "BONFANTE", sin "S" final.
¿Y es grave la cosa? ¡Es una errata en la portada! ¡El libro es una traducción y en la portada del original la errata no estaba! Es un libro de autores varios, hasta un total de siete. Lo cual conlleva que, a efectos de referencia y cita, listados, fichas y demás actividades de clasificación o catalogación bibliográfica, será el apellido del primer nombre el que dé entrada a todos los demás datos del libro; a menos que recurramos a las consabidas abreviaturas, AAVV o VVAA (a veces se las puede ver con punto tras la segunda de las letras repetidas: AA.VV.). ¡Es en ese primer apellido donde la errata campa a sus anchas!
¿Y cuáles son las consecuencias? Para el que conozca la bibliografía básica sobre la lengua etrusca —cualquier etruscólogo o interesado por el etrusco, por ejemplo— ninguna; pero no le hará ninguna gracia saber que se ha trocado "Bonfante" en "Bonfantes", y encima en el peor de los lugares: la portada; que esa parte al menos la leemos todos. Y hasta es probable que en su fuero interno lea "Bonfante" donde pone "Bonfantes", sin enterarse. Para el que no conozca ni de oídas ni de lecturas a Larissa Bonfante, ni a Giuliano Bonfante, las consecuencias pueden ser muy distintas.
Pero imaginemos ahora un lector al que ya le resulta familiar el apellido "Bonfante"; y supongamos que, tras leer unas cuantas publicaciones suyas, pretende averiguar, con ayuda de los nuevos medios e instrumentos a su alcance, si hay publicaciones en castellano de Larissa Bonfante. Supongamos entonces que acude a la página de la Agencia Española del ISBN (ISBN = International Serial Book Number, que es como el n.º de carnet de identificación de un libro).
Y supongamos también que hace una búsqueda rápida:
¿Cómo? ¿Aún no está en las bases de datos de esa Agencia el libro de que hablamos? ¿No se habrá instalado la errata en las entrañas de esa base? Probemos de nuevo la búsqueda, esta vez con "Bonfantes":
¡La "rata" ha criado! Conste que la última vez que entré a buscarla en su madriguera sólo había un libro de una tal Larissa Bonfantes (sic). Ahora hay dos, y de la misma editorial.
¿Y cómo saber que había una errata en la portada del primer libro? Muy fácil: abriéndolo y leyendo despacio y fijándose, por ejemplo, el índice:
Y si acudimos luego a leer la propia contribución de Larissa, de nuevo encontramos "Bonfante" por doquier y no "Bonfantes".
Si dirigimos nuestra atención ahora al portal de la editorial donde están ambos libros publicados, podremos observar cómo sólo hay errata en uno de los dos libros: el primero que se publicó. Todo lo cual invita a pensar que el error se cometió en la fase de diseño de la portada. El siguiente en mantener vivo el error debe haber sido la persona encargada de enviar los datos a la Agencia Española del ISBN, que sólo se fijó en los nombres de la portada; y quien alimentó la base de datos de dicha agencia siguió dando vida a la errata por n o revisar nada.
¿Cómo era aquello que decía Nietzsche de que el filólogo debía leer con atención y ojos delicados?
Anticipamos el título de la siguiente entrada: "Alineada" también parece que puede decirse…